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InicioDe sirvienta humillada a dueña multimillonaria
De sirvienta humillada a dueña multimillonaria

De sirvienta humillada a dueña multimillonariaES

Romántica
Alexander Gonzalez  Recién actualizado
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9Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

Jefe / CEOOdioHistoria tristecrecimiento del personajeAmor dolorosoTraiciónHumor

Después de que Axel Doria se entera de que su tía ha dejado toda la fortuna en manos de la sirvienta, no tiene más opción que acceder al plan de su madre. Este consiste en conquistar, salir y en enamorar a aquella mujer para que mediante engaños les devuelva su fortuna. Jessica sufre ante la falta de dinero y humillaciones en la mansión dónde trabaja, pero siempre ha estado dispuesta a soportarlo todo porque anhela sacar a su hijo adelante. Sin embargo, un día su suerte cambia repentinamente: Axel Doria, su atractivo jefe y artista, a quien ha admirado desde que era una adolescente, se fija en ella. Jessica no puede entender las razones de la conducta del hombre, pero toma lo que el universo le ofrece sin detenerse a cuestionarlo lo suficiente. Axel nunca ha sido el hombre más agradable, pero su visión del mundo empieza a cambiar cuando descubre en Jessica una mujer impensable. Así, el amor imperará sobre la belleza y las clases sociales, pero cuando Axel se arrepiente de sus errores y pretende cambiar ya es demasiado tarde. La verdad ha sido descubierta. ¿Reinará el amor y la pasión sobre el deseo de venganza? ¿Bastará el perdón para arreglar un corazón hecho pedazos?

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De sirvienta humillada a dueña multimillonaria Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • 9. El relato de Eva

    No podía ser cierto… Esa mujer estaba mintiendo. Jessica deseó que se tratara solo de una pesadilla. Esto era lo último que se imaginó que alguna vez llegaría a pasarle. Con un gran esfuerzo, se obligó a contener la calma y escuchó lo que la mujer tenía para decirle: Eva había dado a luz a su hijo en Francia, pero sus padres jamás lo aceptaron. Aunque en aquel tiempo ella tenía veinte años, aún no era libre de tomar sus propias decisiones. Estaban en juego fortunas y el buen nombre de dos familias por cuya historia Jessica no se interesó mucho. —Escapé de casa con ayuda de mi hegmana mayog —conitinuó Eva con su relato—, pego los hombres de mi padre no tagdaron en encontragnos. Sabía que tenían ogdenes de acabag con la vida de mi hijo, así que me enfrenté a ellos mientras mi hegmana y Hadrien escapaban. Hadrien era el nombre que Eva había puesto a Pol. Ella aclaró a Jessica unos cuantos datos más y prosiguió: —Cuando Sophie se encontraba en el avión, los hombres la alcanzagon. Ella

  • 8. Nuevas verdades

    —No entiendo, ¿qué pasa por tu cabeza? —Riñó Virginia a su hijo—. ¿Cómo te fuiste a enredar con el ama de llaves?—Ya te dije que no es nada serio —Axel apuró su copa de vino blanco—. Solo me pareció una mujer interesante y quise darme la oportunidad. Además, Natalia no es una simple ama de llaves. Sus padres son ricos, con clase. Ella solo está pasando por una difícil situación.La charla continuó mientras disfrutaban de su almuerzo en el Tablón de San Bernardo, uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad.—¿Cuándo piensas hacer que esa mujer firme los papeles? —Dijo Virginia después, refiriéndose a Jessica—. No puedes distraerte, Antonio. En donde la sirvienta se llegue a enterar de lo que está pasando, vamos a quedar en sus manos.Axel no respondió y Virginia lo miró con sospecha.—Me gustaría enfocarme en mi carrera —dijo después—. Podría hacer la misma fortuna que nos dejó la tía Raquel.—¿Y dejarle todo a la sirvienta? Ni lo sueñes.Después de los pocos días que había convi

  • 7. Falsas ilusiones

    Jessica se apresuró a dejar todo listo para tener el tiempo suficiente de arreglarse para la cita, pero justo cuando iba atravesando el pasillo rumbo a su habitación se dio cuenta de que no tenía ropa decente que ponerse. El mejor de sus atuendos siempre fue el uniforme de sirvienta que vestía y los otros dos que tenía de repuesto. Aquel vestido azul que usaba para ir a las reuniones de Pol en la escuela ya estaba muy desgastado.—Mirna —llamó a la mucama con quien se topó en el pasillo—. Usted podría hacerme un favor.—Claro, Jess, si no es de plata porque estoy ilíquida.—No, no se trata de eso —Jessica dudó por un segundo. Mirna y ella tenían un cuerpo y una forma de vestir muy diferente—. Usted me puede prestar algo de ropa —se decidió—, es que tengo una cita esta noche y no hay nada decente en mi armario.—¿Una cita con un hombre?—Sí.Su amiga se mostró sorprendida y alegre ante la noticia. La cogió de la mano y tiró de ella, dirigiéndola a su habitación. Jessica quería omitir d

  • 6. Una propuesta increíble

    Una vez más, Jessica se dispuso a hacer las maletas, segura de que en esta ocasión no había marcha atrás. Apenas Axel le contara a su madre la forma como Pol lo había tratado, la mujer no dudaría en despedirla. —Mamá, yo no quería que nos despidieran —Pol intentaba disculparse, pero Jessica lo ignoró olímpicamente, enfurecida—. Ibas a firmar algo sin leer y tuve que intervenir. Lo que dije acerca de la tía Raquel es verdad y estoy seguro de que ese tipo quería engañarte, él y su madre… —Basta —Jessica se dirigió a Pol con desdén—. Basta de pensar que porque no fui a la escuela soy tonta. Yo sé lo que hago, Pol, y no necesito de tu ayuda. Axel iba a subirnos el sueldo con el cual habríamos empezado a gozar de una mejor vida y tú lo impediste. —Pero… —Pero nada. Ve y empaca tu maleta, antes de que nos saquen a patadas. —Yo solo… —La voz de Pol se quebró— quería ayudar. El chico no pudo controlar las lágrimas de arrepentimiento y desolación, y en aquel momento Jessica recordó que s

  • 5. Chico insolente

    Axel conocía perfectamente a Mónica como para saber que ella nunca lo perdonaría y él no estaba dispuesto a rogarle. En cuanto su madre llegó a casa fue a encontrarse con ella en el despacho.—Tenías razón —dijo, sentándose en frente al escritorio de Virginia—. Mónica terminó conmigo.Omitió darle detalles y por fortuna ella no lo interrogó al respecto, solo sonrió y deslizó un paquete de documentos hacia él.—Menos mal que ya no tendremos que preocuparnos por perder nuestra herencia —dijo Virginia—. Con mi abogado hemos estado estudiando el caso y por fin hayamos una forma de que toda la fortuna de la vie… mi hermana Raquel pase a nuestras manos. Jessica solo debe colocar unas cuantas firmas y huellas. Iré ahora a mismo a disuadirla para que lo hagaAxel exhaló con alivio ante la buena noticia. Por un momento, casi se había hecho con la absurda idea de que saldría con su empleada de servicio, acabando con la poca reputación que le quedaba.—Déjamelo a mí, mamá —dijo tomando los docum

  • 4. La novia y la amante

    —Su novia está esperándolo abajo en la sala, joven —informó Jessica una vez se reunió con Axel—. ¿Le digo que suba?—No me diga “joven”, Jessica.—Pero, es por respeto.—Dígame “señor” —indicó Axel—. Y sí, dígale a Cristina que en cuanto termine mi rutina de ejercicio bajo a verla.—Sí, señor.El aire en el gimnasio personal estaba impregnado con el olor de Axel, y Jessica apartó la mirada del atlético hombre cubierto de sudor. No solo le bastaba con tener un rostro envidiable, también estaba marcado en todas partes, sin una gota de grasa en su torso salpicado con una ligera capa de vello.—Mejor dígale que la espero en mi habitación —dijo Axel, dejando la barra de pesas en su lugar—. ¿Mamá está en casa?—No, ella salió.—Muy bien —Axel tomó una toalla para secarse el sudor del rostro y Jessica observó la atractiva forma como sus músculos ondeaban—. No me pase llamadas ni mensajes en los próximos cuarenta y cinco minutos… nada de interrupciones.—Como ordene… Señor.La afortunada muje

  • 3. Resignación

    La actitud de doña Virginia resultaba muy extraña. Jessica no podía creer que la mujer le hubiera ordenado a su hijo que no la despidiera. Era cierto que era una muy buena cocinera, pero ellos podrían encontrar a una mejor si se lo proponían.A lo mejor fue Axel que se arrepintió, pensó, él no puede ser tan malo. Tiene unos ojos tan hermosos. Mientras cocinaba cantaba por lo bajo una canción del artista, recreando fantasías en su cabeza que sabía nunca cumpliría.—¡Oiga! ¿Le pagan para cantar o cocinar?Érica Valencia asomó la cabeza en la puerta. La rubia de ojos azules era la encargada de la decoración, pero se creía la jefa. A menudo estaba despotricando contra los empleados inferiores a su rango y llevando quejas al ama de llaves quien era su mejor amiga.—Me pagan por cocinar —respondió Jessica con indiferencia—, y cantar lo hago gratis. Deje de sufrir y concéntrese en lo suyo.—Eso es lo que intento hacer, pero usted no me deja concentrar. ¡Cállese!A menudo Jessica estaba pres

  • 2. Despedida por error

    Cuando todos los invitados se fueron, Axel permaneció en el comedor, atormentándola hasta que finalmente le dijo que estaba despedida. Jessica le pidió disculpas y le rogó por una segunda oportunidad, pero nada de lo que ella dijo logró conmover el gélido corazón del hombre, incluso, parecía regodearse con su sufrimiento.Es una pena que sea tan guapo, pensó Jessica mientras se alejaba de él e iba a encontrarse con su hijo en el ala de los empleados. No tuvo que decirle nada para que el chico de doce años se enterara de lo que había pasado, con su expresión fue suficiente.—Finalmente nos despidieron —suspiró Pol cerrando la laptop donde hacía sus deberes—. Algún día tendría que pasar.—No, hablaré con doña Virginia —Jessica se sentó junto al escritorio de Pol—. Ella sabe que no encontrará a una mujer más eficiente en toda la ciudad. La convenceré para que no me despida. Te juré que no dormiríamos en la calle de nuevo y es una promesa que no pienso romper.—No es necesario —dijo Pol c

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9 chapters
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