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InicioUN BEBÉ PARA NAVIDAD
UN BEBÉ PARA NAVIDAD

UN BEBÉ PARA NAVIDADES

Romántica
Day Torres  Recién actualizado
goodnovel16goodnovel
9.9
Reseñas insuficientes
197Capítulos
955.2Kleídos
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Resumen
Índice

Sinopsis

ComediaJefe / CEODominanteProtectormadre soltera

Andrea no tenía nada más en el mundo excepto a su hija. Literalmente no tenía nada más. Traicionada y abandonada por su esposo, su vida era una lucha diaria por sobrevivir y ganar dinero para alimentar a su bebé. Y parte de esa lucha era trabajar para hombres desagradables que creían que podían aprovecharse de su situación. Sin embargo todo cambia cuando conoce al dueño de la empresa donde trabaja. Zack Keller era esa clase de hombre que solo se podía catalogar como huracán, llegaba húmedo y caliente y arrasaba todo a su paso. A sus treinta y dos años era un magnate de la industria deportiva, con una de las mayores agencias de representación de América, sin embargo su perfecto mundo se vino abajo después de descubrir en un mismo día que su novia estaba embarazada y que había perdido a su bebé a propósito. Por desgracia, Zack ya le había dado la buena noticia a su padre enfermo, así que era algo de lo que no se podía retractar. Cuando debe volver a los Alpes Suizos para pasar la Navidad con su familia, su vida se convierte en una desesperada carrera contra el tiempo para encontrar una familia “de mentiras”. «Aviso urgente: Magnate renta familia para estas Navidades» Lo que Zack no imagina es que encontrará la ayuda en una de sus empleadas, una mujer que está pasando por el más duro momento de su vida y aún así se niega a renunciar a su pequeña bebé. Un viaje de Navidad. Un hombre herido. Una mujer desconfiada. Una princesa de cinco meses. ¿Cuánto se puede fingir el amor antes de que comience a ser real? SERIE MUJERES MARAVILLOSAS. Aquí encontrarás cuatro novelas: 1. Un bebé para Navidad. 2. Te voy a conquistar. 3. Una chica traviesa. 4 Una jaula para la reina.

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UN BEBÉ PARA NAVIDAD Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • UNA JAULA PARA LA REINA. CAPÍTULO 11. Fuiste tú

    Chiara caminaba desesperada de un lado a otro de la habitación.—No puede ser... ¡Dios, no puede ser! —exclamó mientras la angustia se apoderaba de su corazón.Al otro lado del escritorio estaba Noémi, tan consternada y asustada como ella.—No entiendo cómo esto pudo filtrarse. Quiero decir... ¡Solo nosotras tenemos acceso a esas cuentas! ¡Ni siquiera los gerentes regionales... nadie aparte de nosotras, Chiara!—¿¡Entonces cómo pasó!? ¡¿Nos hackearon?! —espetó su gemela—. ¡Es que no puede ser, Dios mío! Tenemos que averiguar cómo se metieron en nuestros servidores. El resto de nuestros clientes pueden estar comprometidos también. ¡Maldición!Chiara sentía que la cabeza le iba a estallar, se mareó y se apoyó en el escritorio con la cabeza gacha para soportarlo. Noémi salió a hacer una diligencia tras otra, pero finalmente no tuvo más remedio que levantar el celular y hacer aquella llamada.Por desgracia, muy pronto se dio cuenta de que el problema era más grande de lo que creía. Franco

  • UNA JAULA PARA LA REINA. CAPÍTULO 10. Promesas y traiciones

    Jhon sentía que el pecho le apretaba mientras Chiara lloraba en sus brazos.—Tranquila, no pasó nada... todo está bien, te lo prometo, amor, todo está bien, confía en mí —le aseguró.Chiara seguía temblando, estaba aterrada de que algo peor hubiera podido pasarle.—Solo fue un roce en la cadera. No pasó nada serio...Jhon intentaba calmarla con sus palabras, pero Chiara aún seguía conmocionada. Él la abrazó con fuerza mientras ella seguía llorando desconsoladamente, y de reojo se fijó en el subdirector, que seguía de pie en la puerta.Pasó al menos una hora hasta que Chiara se calmó por completo y salió por un café, entonces su jefe entró para tener la conversación que él estaba esperando.—¿Tú hiciste esto? ¿Tú nos delataste para que cayéramos en una emboscada y así poder traer a Chiara aquí? —espetó con rabia y lo vio asentir con la cabeza.—Esta es una profesión con muchos riesgos, y yo sé aprovechar los riesgos —dijo el subdirector—. Si te comprometes a seguir mis órdenes, entonce

  • UNA JAULA PARA LA REINA. CAPÍTULO 9. Una trampa

    Jhon quería que la tierra se lo tragara. Chiara estaba en aquella foto saludando al mayor capo de la mafia que había tenido Italia en las últimas décadas, porque había sido lo suficientemente inteligente como para ir trasladando sus negocios hacia una espeluznante legalidad.—Lo quiero tras las rejas, Jhon —sentenció el subdirector—. Si no podemos relacionarlo directamente con un cargamento de drogas, está bien, pero ya sabemos que está metiendo dinero en un banco en Zúrich. Nosotros tenemos monitoreadas muy de cerca sus finanzas, y esa cantidad de maletas... tiene que haber más de cien millones de euros ahí, Jhon. Así que necesito evidencia. ¡No puedo retirarme sin ganar al menos un caso como este!Jhon asintió, pero antes de que pudiera inventar alguna excusa, el Subdirector lo increpó.—Solo es evidencia, nada más, y estoy seguro de que puedes conseguirla —dijo con un tono que lo puso alerta en un segundo.—¿Disculpe? —murmuró—. ¿Qué lo hace creer que yo podría...?—¡Por favor, Jho

  • UNA JAULA PARA LA REINA. CAPÍTULO 8. Una fotografía de vigilancia

    Chiara pestañeó, aturdida. Siempre había sabido que él no era un príncipe azul, después de todo, había permitido que el enemigo de su hermano se ahogara en cemento sin mover ni un dedo para salvarlo. Pero era cierto, no estaba hablando con un hombre común, él era el Director de Crimen Organizado de la agencia de espionaje más grande del mundo, era imposible que se comportara de otra forma.Así que realmente solo tenía dos opciones, aceptarlo o alejarse, y alejarse cada vez se le hacía más difícil. Caminó hacia él despacio y no tuvo que decir nada. Jhon tiró de su mano y la envolvió en un abrazo intenso.—La reina está a salvo —murmuró—. Mientras la reina esté a salvo, todo lo demás se puede sacrificar.Chiara le devolvió el abrazo y se puso en las puntas de los pies para besarlo.—No sé en lo que me estoy metiendo —reconoció con sinceridad—. Solo espero que podamos estar bien.Se alzó en las puntas de los pies para besarlo y Jhon se dejó ir en aquel momento. La quería, y estaba seguro

  • UNA JAULA PARA LA REINA. CAPITULO 7. Un caballero de brillante armadura

    El movimiento de Jhon fue preciso y habilidoso. Su bastón de golf fue a golpear la parte trasera de la rodilla de Heston, que cayó al suelo con un grito de dolor.Él parecía relajado, como si estuviera dirigiendo una obra teatral en la que conociera perfectamente el desenlace.—Chiara, ve a la habitación, amor. ¿Por favor? —En contraste con lo que estaba haciendo, su tono fue muy dulce y Chiara obedeció sin dudarlo, pero no se molestó en encerrarse, porque mientras Jhon estuviera allí, ella no tenía nada que temer.En cuanto ella desapareció por la puerta, él pateó a Heston para que quedara boca arriba.—No sabes la suerte que tienes, infeliz, yo tengo permiso de disparar armas en todo el mundo y tú estás traspasando propiedad privada —siseó—. No tienes idea de cuánto me estoy conteniendo para usar solo un maldit0 bastón de golf.Lo descargó sobre un costado de Heston y lo vio intentar retroceder.—Ya te di una oportunidad de huir —dijo con voz baja—. Y aun así regresaste para lastima

  • UNA JAULA PARA LA REINA. CAPÍTULO 6. Proteger a la reina

    John y Chiara volvieron a Zúrich en silencio. Ella estaba inquieta y él estaba molesto. Jamás había tenido ninguna emoción especial contra ningún sospechoso, más allá de la voluntad de eliminarlos definitivamente, pero cuando se trataba de Chiara, definitivamente sus emociones estaban comprometidas.Chiara pasó por el departamento de su gemela a cambiarse de ropa y salió de allí siendo la ejecutiva, la CEO del Asterion Bank. Se dirigieron a la comisaría de policía, donde se encontraron con un panorama inquietante—Lo encontramos tratando de cruzar la frontera hacia Alemania —les explicó el detective—. Heston fue detenido inmediatamente y trasladado a la comisaría. Nuestra investigación nos dice que llevaba consigo un pasaporte falso, solo eso ya es una admisión de cierta culpa. Además sus heridas concuerdan con la evidencia del departamento de Chiara, pero se ha negado a hablar.John escuchó atentamente y luego volvió a mirar a Chiara en silencio. Estaba evidentemente preocupada.—¿En

  • UNA JAULA PARA LA REINA. CAPÍTULO 5. Haremos que valga la pena

    Estaba nerviosa y era normal. Un hombre la había perseguido dentro de su propia casa, así que por más fuerte que fuera, era lógico que se sintiera asustada.Jhon puso en su mano una copa de vino y ella le dio un sorbo, saboreando el gusto que llenaba su boca antes de que se deslizara por su garganta. El calor del alcohol se extendió por su cuerpo y, por un momento, se sintió tranquila.Jhon la observaba, con los ojos fijos en ella. Sentía que el corazón le latía más deprisa y sabía que aquel miedo que había experimentado al recibir la llamada del detective, ese hacía mucho tiempo que no lo sentía.Finalmente, fue él quien rompió el silencio.—¿Cómo lo supiste? Que estaba en tu departamento.—Había un vaso sucio en la cocina... yo no hago eso.Jhon asintió. Aquella salida a tiempo era lo que le había salvado la vida y él simplemente no podía lidiar con eso.—¿Qué pasa? —preguntó Chiara.—No hubiera podido hacer nada —murmuró él—. Estuviste a segundos de un desenlace muy diferente y yo.

  • UNA JAULA PARA LA REINA. CAPÍTULO 4. Yo me encargaré

    Chiara se quedó mirando con incredulidad el mapa. Ella había estado tan cerca de él durante días y ni siquiera lo había notado.Todo aquello tenía sentido, pro le desagradaba encontrárselo. ¿Por qué Heston la estaba vigilando? ¿Para amenazarla? ¿Para chantajearla? ¿Para secuestrarla?Jhon vio su preocupación y su incomodidad.—¿Necesitas ayuda? —le preguntó suavemente.Aquellas palabras parecieron sacarla de sus pensamientos. Chiara le miró fijamente y negó con la cabeza.—No —respondió—. Solo estoy tratando de entenderlo todo, pero creo que es imposible. Heston necesita dinero y no gana nada con vigilarme. No soy material de chantaje, porque me da lo mismo lo que la prensa opine de mí. Así que a menos que me secuestre... —Chiara respiró profundo y apagó la tableta—. Gracias por advertirme, Jhon. Yo me ocuparé desde aquí, voy a estar alerta, y posiblemente contrataré a un guardaespaldas para estar más tranquila. Pero de verdad gracias por advertirme.Jhon asintió mientras ella se acur

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CAPÍTULO 1. Más de una forma de romper un corazón
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ENERO SEATTLE —¡¿Cómo fuiste capaz de hacer esto?! —El rugido furioso de Zack Keller detuvo a su novia en la misma puerta de la casa apenas la vio llegar. Giselle vio una hoja en su mano y ni siquiera sabía de qué estaba hablando, pero jamás lo había visto tan alterado como en ese momento. —No sé de qué hablas... —¡Claro que lo sabes! ¡Abortaste a mi hijo! ¡Lo perdiste, a propósito! —la acusó él con rabia—. ¡¿Al menos tenías la maldit@ intención de decirme algo?! La mujer frente a él se puso pálida. —¿Cómo... cómo sabes...? Zack lanzó aquel papel en su dirección y la miró con decepción. —¿Olvidas que estás en el seguro médico de mi empresa? —escupió él acercándose a ella—. Apenas salió tu apellido en los registros de pago me avisaron. ¡Imagínate mi alegría cuando supe que el seguro había pagado por una prueba de embarazo y luego por una ecografía! Giselle se alejó de él con la cara roja por la vergüenza, pero Zack no era de los que daban tregua. A sus treinta y dos años, mult
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CAPÍTULO 2. Algo está muy mal...
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NOVIEMBRE.VANCOUVER—¡Andrea! ¡A mi oficina! ¡Ahora!El grito de su jefe, un gerente medio en la compañía SportUnike, la hizo saltar en su asiento, angustiada, porque sabía que estaba de muy mal humor ese día.—¿Esta es una maldit@ broma? —gruñó lanzándole una carpeta de documentos a la cara—. ¡Te dije claramente que necesitaba los reportes de presupuesto de la división de deportes acuáticos ¡del mes pasado!Andrea abrió mucho los ojos.—Pero... señor Trembley... estoy segura de que usted me dijo que quería los de este mes...—¡No me discutas, inútil! —le espetó el jefe. A sus cincuenta años Peter Trembley era tan desagradable como su inflada panza, pero Andrea tenía que soportarlo porque a duras penas había logrado conseguir trabajo como su asistente y de eso dependían ella y su hija para vivir—. ¿No te das cuenta de lo que está pasando? ¡SportUnike ha desaparecido! ¡Un suizo hijo de puta la compró y ahora solo seremos una sucursal de su compañía! ¿Sabes lo que eso significa?Andrea
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CAPÍTULO 3. Una posible aliada
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CAPÍTULO 4. ¡Aquello era la guerra!
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El rostro de Trembley enrojeció visiblemente y la dureza de sus ojos se mantuvo.—¿Esperando a Andrea? —gruñó—. ¿Te estás haciendo el gracioso o acabas de llegar y no sabes que las relaciones interpersonales están prohibidas en esta empresa?—Pues soy de lento aprendizaje pero tiendo a la imitación —replicó Zack con sorna—. Quizás me confundí cuando vi que usted se le está trepando como una iguana con falta de sol.El viejo apretó los dientes y soltó a Andrea con brusquedad antes de caminar hasta él.—No te atravieses en mi camino, niño, solo eres un recién aparecido y puedo...—¿Qué? ¿Despedirme? —lo interrumpió Zack con voz gélida—. Bueno... puede intentarlo, pero verá que mi trabajo aquí no depende de usted. Pertenezco al equipo del sueño de esta compañía y solo él puede despedirme. Estoy seguro de que no vería con buenos ojos que el gerente de turno intentara despedirme sin causa justificada.Trembley apretó los puños y lo miró con una expresión malvada y desafiante.—Pues quizás
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CAPÍTULO 5. Decisiones difíciles
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Furioso... no, pero sí frustrado y mucho. No podía entender que ella fuera tan sumisa con un tipo que era un impresentable. Ya sabía que era el jefe, ¡pero que Dios le mandara un rayo directamente a la cabeza si algún día él llegaba a comportarse así con alguno de sus empleados!Andrea no solo trataba de hacer lo mejor que podía, sino que lo hacía bien. Había que ser ciego para no ver que el idiota de Trembley solo la minimizaba de aquella forma para tenerla controlada. Y Zack no sabía por qué se enfadaba con ella por permitírselo, pero le molestaba que fuera tan dócil con su jefe.Apenas vio que estaba un poco menos vigilada, la siguió al cuarto de copias y cerró la puerta tras él.—Oye, ¿tú naciste con un problema en la cervical? —le preguntó deteniéndola y Andrea lo miró confundida.—¿Disculpa? —murmuró ella sin entender.—Es que tu cabeza solo se mueve adelante y atrás para decir sí, ¡no te he visto moverla a los lados ni una sola vez para decir que no! —siseó Zack y la muchacha a
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CAPÍTULO 6. Un ultimátum
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Decir que Andrea había trabajado duramente para prepararse y conseguir un ascenso como aprendiz de representante, era poco. Trembley estaba más que molesto de verla con Zack tanto tiempo, pero su primer intento por despedirlo también había sido el último. —¡Pero está intimando con una de sus colegas! ¡Eso no está permitido en esta empresa! —le vociferó al responsable de Recursos Humanos. —Pues ya envié su carta de despido al corporativo y me la enviaron de regreso con un letrero de DENEGADO —le dijo el hombre—. No lo puede despedir. Trembley salió de allí más que furioso, porque en cuatro meses Andrea solo había escapado de él, pero ahora parecía que tenía quien la ayudara a hacerlo. Y el idiota aquel parecía intocable. Andrea, por su parte, seguía esquivándolo tanto como podía y aunque Trembley no le daba tregua con el trabajo, aprovechaba cada segundo para estudiar los materiales que Zack le entregaba. Había dejado todo lo demás en segundo plano para estudiar. Apenas Adriana s
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CAPÍTULO 10. Un bebé para la Navidad
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